Aristóteles, el padre de la lógica, se refería a la lógica
inductiva con “un pasaje de lo individual a
lo universal”. La
lógica inductiva implica razonar partiendo de hechos particulares
para llegar a
una conclusión general. Empleamos lógica inductiva
cuando intentamos resolver un problema para el que no existe una
solución única, por ejemplo, elegir la institución en la que
cursaremos estudios
superiores, establecer el momento más oportuno
en que se debe levantar una cosecha o planificarla mejor manera de presentar una nueva unidad en clase el próximo
lunes.
Cuando se emplea pensamiento inductivo, los diferentes elementos de la información se
organizan en una generalización. Una clase de razonamiento inductivo es la analogía. Una analogía
manifiesta relaciones proporcionales, por ejemplo; A es a B como C
es a D. Es un método que compara un elemento o una circunstancia conocidos con otro. Las analogías suelen utilizarse para evaluar
la
capacidad de razonamiento en los instrumentos de evaluación
estandarizados y constituyen herramientas eficaces para estimular el pensamiento lógico en el aula.
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